lunes, 10 de agosto de 2009

Mama y las flores (8 de agosto de 2009).

Desde que recuerdo, mama ha preferido las plantas que dan flores. En la casa del pueblo había jacintos que floreaban en invierno, claveles rojos, adelfas blancas y narcisos rosados. En la finca, recuerdo un arbusto de resedo (o recedo), frente de la casa y dentro del cerco de piedras que limitaba la propiedad, que se pintaba de rosa o de blanco (ya no recuerdo muy bien) cuando floreaba.

En la casa de la Universitaria hubo rosales de todos colores, ixoras rojas, y ya en última época, una hermosa planta de azalea de flores moradas, sembrada en el jardín exterior, frente a la casa, un regalo de la madre de uno de mis profesores y colegas del departamento de Biología, el Dr. Escobar en 1984. Al vender esta casa, mama sintió mucho la eliminación de algunos arriates en el jardín interior y la decisión de eliminar el arbusto de azalea del jardín exterior (que ella se llevo al terreno de la Bernal y que finalmente fue robado de allí)… Mama no pudo entender que la casa ya no era suya y que a Natalia no le gustaran las plantas… puede ser que su mayor y primer conflicto con la nuera, precursor de toda su mala relación con ella, haya sido su perdida del hermoso arbusto de azaleas moradas…

En los últimos tiempos, en la casa del pueblo, donde vivía hasta febrero de este año, tenia rosales en macetas de plástico y una planta de “galancillo de noche” en canasta, que aromatizaba el patio con sus múltiples flores.

Hoy me he enterado que las flores siempre han sido su pasión, desde muy pequeña… dice que le gustaba llevarles flores a sus maestras. Es increíble que recuerde la vez en que se robo dos crisantemos blancos, de la casa de la madre de la comadre Licha, donde la mandaban a traer agua, acción que tuvo que pagar con una buena reprimenda de parte de la mama Lola que era muy estricta en la crianza de las hijas… los crisantemos, así como los ramitos de gardenias que le compraba por dos centavos de colón a Lilian, una compañera, eran para su maestra de tercer grado, Melida Trujillo.

También recuerda que a su maestra de la Escuela Abraham Lincol, Rafaela Osorio de Jiménez, Niña Falita, le llevaba “jazmines de parra” cortados del jardín de la casa de los Lainez, ubicada por la Avenida; y a su maestra Hortensia García, de la Normal España le hacia ramitos de violeta del jardín de los Lainez, pero ya de la casa ubicada en la cuarta calle oriente. Dice que su mayor alegría era ver a su maestra con el ramito de violetas puesto en la blusa.

Yo me he parecido a papa, me gustan las plantas que dan frutas y verduras, los tomates por ejemplo… me gusta ver los frutos rojos y abundantes adornando la planta, también me gusta el follaje, las ramas con hojas grandes de la albahaca, las ramitas del romero, las plantitas de cilantro y la planta en forma de roseta del acapate… me gusta la forma de algunos árboles, creo que el árbol de pan, con esas hojas grandes y dentadas, es mi preferido; pero también me gustan los árboles de carambola.

Ahora estoy disfrutando las plantas con flores, conciente que son importantes para mama, en este ultimo año he visitado mucho los viveros El Volcán y Montecristo, aquí en San Salvador y los otros dos que están camino a Chalatenango, el que esta pasando Aguilares y el Regalo de Dios, y he gastado mucho en sultanas, geranios, violetas, camarones de flor amarilla, flor de las once en diferentes colores, y rosas; pero mama a gastado todavía mas en rosas, ixoras, gardenias y claveles… mama tiene la obsesión por las rosas ahora, las quiere de diferentes colores, va al vivero y pregunta por una rosada, una blanca o una morada… no la dejo que se las traiga todas a casa, aquí el jardín ya no da mas espacio para tanta planta; así que aunque a regañadientes, ella ha permitido que las vayamos sembrando en el arriate que he ido conformando desde febrero a esta fecha, en la finca, frente a la casa, ahí por donde antes estuvo el recedo... confieso que me gusta ver las flores en este arriate y en el jardín de la casa… nomás llegamos a la finca nos damos una vueltecita viendo que matas de rosa han florecido, los claveles rojos, la adelfa blanca, las florcitas moradas en forma de campanita, las chulas… en este arriate, las sultanas todavía no son una plaga, porque es bien sabido que son una especie invasora…

En casa, salgo de mañanita a ver las sultanas rosadas, moradas, rojas, anaranjadas y blancas, las ixoras color melocotón, las escasas flores rosadas de la azalea, los geranios rojos, los camarones amarillos que a esa hora atraen colibríes, las flores de las once amarilla y moradas que temprano en la mañana no abren sus florcitas minúsculas, y la rosas, principalmente las que están en canastas… cuento las flores en una sola mata, hasta 26! Se que mama hace lo mismo, a media mañana, sale a los jardincitos, cuenta las rosas y corta algunas para adornar la sala, en la noche compartimos la cantidad de flores contadas… se que ya no mira bien, y la imagino acercándose a cada mata para verlas mejor… dice que son su única entretención…

Ahora discuto con mama como en mi adolescencia lo hacia con la abuela Chabe… son difíciles las relaciones de parentela... todo el problema con mama es que ha perdido su poder. Ya no es la que dispone o toma decisiones sino que ahora soy yo… ya no tiene casa propia, ya no tiene reino… esto seguro esta siendo difícil para ella, y trato de comprenderlo, sin embargo, entre tanta presión de trabajo y demás, yo no doy para mucho y mi paciencia se agota muy fácilmente… la finca y como llevar los asuntos relacionados, ha significado un gran conflicto.

Mi último pleito con ella fue la tala del árbol de carao que amenazaba al muro, y que estaba muy cerca del portón de entrada… me gustaba el árbol de carao, vestido de florcitas rosada en los últimos meses… creo que su sombra daba frescura a la casa, pero también llenada de hojas y flores el techo… bien se sabe que no soy una deforestadora, sino todo lo contrario; pero, desde hace mucho tiempo, en la década de los ochenta, cuando me toco inspeccionar el daño que causaban los enormes, frondosos y hermosos ficus aledaños al edificio de la Facultad de Derecho, en la Universidad de El Salvador, sopesar la amenaza que significaba encontrar sus gruesas raíces debajo de pisos y amenazando la estructura del edificio, todavía a 25 metros de distancia desde el tronco del árbol, y decidir que habría que eliminarlos, cambiándolos por otros, aprendí que a veces hay que tomar medidas drásticas con los árboles, sin sentirse mal por la decisión tomada… Ella piensa que la idea de botar el árbol ha salido de Oscar, el hombre que cuida la finca, y es que el hombre, que si esta claro es un depredador y deforestador, ha estado insistiendo en la amenaza del árbol para el muro, para el techo, y para la línea de abasto de electricidad...

No he ido a la finca después que el árbol fue talado… sospecho que lo echare en falta ahora que vuelva y no encuentre su sombra y sus florcitas rosadas; pero ya planificó mentalmente la extensión del arriate para plantas con flor que mi mama cultivará allí. Se que transplantaré el júpiter y la gardenia que fueron sembrados ya en el actual arriate, por orden la mama, porque se negó a esperar por los nuevos espacios, como yo sugería… hay todavía mucho que hacer en la finca, habrá que trabajar todavía muy fuerte para ir ganándole espacios al caos, para hacer el jardín que ella quiere con rosas de todos los colores… ella ya vio el espacio sin el carao, la entusiasmo con construir un caminito que vaya paralelo al nuevo arriate, para caminar por el mismo viendo todas las plantas florear… ella quiere un caminito con piedras verdes y amarillas pegadas con cemento, como las que recién colocamos en el jardín exterior en la Montefresco, parejo para no tropezarse…

No hay comentarios:

Publicar un comentario