lunes, 10 de agosto de 2009

20 de agosto de 2008.

Ayer converse con Loly Osegueda… realmente es una gracia tener tantos y tan solidarios amigos y amigas, en estos días en los que el sol no sale, ahí han estado iluminando mi vida… me he sorprendido verbalizando tres decisiones, algunas ya medio conversadas con Malena… he decidido, le he dicho a Loly, pensar que José Luis, quien amaba la vida y la alegría perpetua, a quien le gustaba el bullicio y la fiesta, habría querido que yo este bien y feliz… seguro no estoy feliz porque no esta, es que debo ser feliz por mi y para mi porque la vida, la mía, sigue de frente y tengo mucho que hacer, que dar, a muchos a quienes amar… también le dije que dejare de preocuparme por el préstamo de José Luis y que no me sentiré mas agobiada por ese sentimiento de que debo cargar con la responsabilidad de pagarle al banco... no soy la fiadora, no fui beneficiaria, y por otro lado, los bancos son unos ladrones que no se merecen que yo me preocupe por el monto de esa deuda… estas idas habían estado rondándome la cabeza, sin embargo la tercera no la he sentido, pero seguro la he andado rumiando entre las neuronas… voy a dejar de pensar que José Luis no estaba bien en nuestra relación y que habría querido estar con alguien mas, esto es irrelevante ahora mismo… ya no importa con quien quiso estar y ese es o era su problema… la cobardía es asunto de los hombres no de los amantes, los amores cobardes no llegan a amores, ni a historias, se quedan ahí, ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orador conjugar, dice Silvio Rodríguez y yo misma se lo cante a José Luis, la ultima vez desde el estadio, cantando al lado de Silvio el pasado 29 de febrero… la cobardía fue asunto de José Luis y no mía… pero me propongo solamente pensar en lo gratificante que fueron muchos momentos a su lado… solamente voy a recordar aquellas imágenes que aparecen en algunas fotos que encontré en los archivos de los años 2002 a 2004… nosotros en La Ceiba, en Tikal, en Ruinas de Copan, en casa de Roberto, en casa de Walter… José Luis no fue leal, de eso estoy segura, pero el se lo perdió… se perdió de amar en ves de querer y desear, se perdió de la vida de familia que le ofrecimos mis hermanos, hijos y nietos… quiso quedarse enganchado en su antigua relación… al final de su vida, pienso que se domesticó, no tuvo otra alternativa que aceptar que nosotros lo cuidáramos, se aferró fuertemente a mi, dependió exclusivamente de mis cuidados, y quizás realmente haya sido sincero cuando escribió en la libreta TQM (te quiero mucho)… y dijera, tapando el agujero del dispositivo de la traqueotomía, “no te imaginas cuanto, Tita”

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