lunes, 10 de agosto de 2009

El enorme abdomen del paciente cirrótico de la cama 28…

Tenia un abdomen redondo e inmenso, más abultado que el de una mujer a punto de parto… con el ombligo saltado a modo de burdo nudo ciego hecho de soga… sus dientes amarillentos, su cara macilenta y rostro con expresión de angustia permanente… durante mas de ocho días, el hombre únicamente fue visitado dos veces, una mujer mayor que podría haber sido su madre y una jovencita de vaqueros y cachucha que quizás fuera su hermana menor, o su hija… el hombre no se miraba realmente viejo… el volumen del abdomen fue creciendo a través de los días, hasta que no hubo manera de sostenerle los pañales desechables… me daba nauseas verle, y mas acercármele, su abdomen traslucido me amenazaba con explotar e imaginaba que me untaba de líquidos gelatinosos pestilentes y pedazos de vísceras… sin embargo también me acerque al hombre para interesarme por su salud, acercarle los alimentos… a el no se le tenia que animar a comer porque su apetito era bueno… Cirrosis dijo, tengo cirrosis… no logre descifrar sus sentimientos o angustias… resignación? me pregunto si comprendía la gravedad de su estado. Lo vi por ultima vez la tardecita del 28 de julio… el abdomen parecía un globo que casi lo elevaba de la cama… ahí tenia la almohada que yo se le quito a José Luis… pobre hombre. Sonia me contó que le dieron el alta porque no podían hacer mas por el en el hospital…

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