domingo, 6 de septiembre de 2009

Una segunda cirugía…

6 de septiembre de 2009
Cuando llegue a la clínica no había luz… decidimos con el doctor González que esperaríamos hasta las doce, y nos pusimos a conversar… el tema de la charla, la situación de inseguridad… el doctor me preguntó si había visto la película “La vida Loca”… dice que la vio por lo que pasó con el director del documenta, hablaba de Poveda… me impresiona cada comentario, cada descripción que hace de lo que vio en el documental, me impresiona que recuerde de la película las imágenes, los diálogos, las actitudes de los pandilleros… me impresiona que diga que ellos son seres humanos, que si vi la actitud de la madre con el pequeño hijo, la actitud cariñosa del padre… son pandilleros, dice, pero no dejan de ser humanos… y me pregunto si esto era lo que Poveda quería dejar de mensaje con este documental…

Lorena, la asistente dental le informa al doctor que CAESS dice que ya hizo el reporte, pero que no saben a que hora estará resuelto el problema… seguimos en firme con la decisión, esperar hasta las doce del mediodía, y la conversación nos lleva a comentar que muchas veces, desde nuestros hogares seguros no hacemos conciencia de la realidad que se vive en este país, no sabemos lo que pasa un tantito lejos de los sitios donde se desarrollan nuestras vidas…tenemos la fortuna de vivir en buenos vecindarios, podemos pagar seguridad y tenemos casas aseguradas con rejas, muros y portones, y quizás hasta con alambres electrificados sobre muros y otros dispositivos de seguridad; podemos comer en restaurantes que cuidan hombres armados, situados en lugares de la cuidad bien custodiados por la PNC… si, somos afortunados, pienso… no como aquellas 36 familias de Apopa que huyeron masivamente de sus propias viviendas… lo pienso, pero no lo verbalizo, hasta cuando nos durara la fortuna… estos malos pensamientos no se verbalizan porque podría uno convocar la mala suerte…

Se hace la luz, justo a las doce en punto, y pienso que es buena señal… todo ira bien en la cirugía…

Como en la cirugía del día 31 de julio, no me anestesiaron, no fue cosa de no querer pagar los 200 dólares del anestesista, es que le tengo miedo a la anestesia total, tengo miedo a quedarme dormida y no volver; y porque como buena controladora, quiero estar conciente en todo momento y tener algún control sobre lo que pase… para esta ocasión no hice yoga ni tai chi, cosa que he pensado me ayudo a estar relajada durante las casi cinco horas que duró la cirugía pasada… el doctor me había pedido que tomara un ansiolítico, como en la otra ocasión, porque según el eso había ayudado la vez anterior… hoy me fui solo con la experiencia pasada, o sea con el saber que quedo aprehendido en mi de lo que viví entonces…

El doctor, me explicó el procedimiento, viendo las imágenes de las radiografías en la pantalla de la compu… repasamos el plan del día, el procedimiento… los pasos por venir y lo ya hecho… el doctor dice que no todos sus pacientes necesitan de esto, pero ha entendido que yo necesito saber, entender lo que ira pasando y aunque no lo dice, creo que entiende que este conocimiento me da seguridad y me pone tranquila…

La anestesia local fue de choque, para evitar el dolor… casi de inmediato sentí una especie de opresión en el pecho, de hueco en el abdomen, y la cara totalmente deforme; deje de sentir la nariz, la lengua y la parte interior de la mejilla se transformaron en objetos enormes que parecían no caber en mi boca, se me cerró la garganta y casi entro en un ataque de ansiedad, si no es porque recurro de inmediato a los ejercicios de respiración… respirar en cuatro tiempos, con la panza, introduciendo mucho oxigeno en cada aspiración, sacando el aire despacito por la nariz, mientras hago conciencia que la sensación de no poder tragar no tiene nada que ver con la capacidad de introducir oxigeno a mis pulmones, no, no me voy a ahogar, como ha sido la sensación inicial…

Por norma, siempre tengo los ojos cerrados cuando me hacen procedimientos dentales… siempre he pensado que evito de esta manera que gotas de agua u otras sustancias, o restos de cualquiera cosa lleguen a mis ojos, pero siempre abro los ojos por fracciones de segundos, para tomar control de lo que esta pasando a mi alrededor… abro los ojos y veo las manos increíblemente pequeñas de Lorena, la asistente dental, que introduce el succionador de líquidos y los graciosos anteojos del doctor, enormes, con eso que parecen un dispositivo de aumento de visión… cierro los ojos y me dispongo a sentir y llevar el hilo de lo que pase…

Mentalmente invoco a mis ángeles que no son mas que mis muertos queridos, y vienen a mi mente: Papa, Manuel, José Luis, Nelson, Geovanni, Mamita Chabe, Mamita Lola, Tony… mentalmente les paso revista, están allí todos ellos, pienso… me pregunto porque he olvidado en mi lista inicial a la abuela Salva y al papita Arturo, al tío Felipe, la tía Blanca y al tío Pedro… pido a dios que en estos momento de al doctor sabiduría y destreza, para tomar las mejores decisiones y hacer el mejor trabajo en mi boca…

Al igual que la otra vez, imaginé todo lo que iba pasando… el bisturí rompiendo la encia, la sangre desparramándose por la boca, la punta del succionador haciendo su labor de mantener limpio el sitio… no conozco el instrumental, pero si puedo percibir cuando con un determinado instrumento el doctor raspa el hueso, taladra con dos tipos de “brocas” porque hay dos sonidos diferentes, uno sordo que me hace pensar en una broca de mayor calibre, y uno muy agudo que me hace pensar en una broca muy fina… siento la acción de aplicar el material de hueso artificial, los golpes, que pienso son para compactar el material, con algo que deberá ser un minúsculo instrumento y yo lo siento como una rústica almádana… mas taladros, mas sensaciones de que la sangre se saldrá de la boca y correrá por mi cuello, muchas tomas de radiografías, inevitablemente acompañadas por la reflexión de cuanto será de malo la radiación… pienso que este año he tenido mas de la dosis tolerable de radiación… mentalmente agradezco a Lore que este atenta de retirar los fluidos con la ayuda del succionador y de limpiar las comisuras de mi boca para evitar que la sangre manche mi blusa bonita… en un momento pienso que debí haberme puesto una blusa que no importara manchar, pero ahora ya esta hecho… además tengo puesta la bata que se le ponen a los pacientes en cirugía, una de esas desechables, color celeste, como la que llevan puestas Lore y el doctor… en dos momento me da la sensación de vomitar, es la posición en que el doctor tiene que poner cierto dispositivo para tomar las radiografías, hace presión en algún punto en el paladar que me provoca las nauseas…

Por un momento el doctor dice que puedo descansar, cerrar un poco la boca… estoy ansiosa siento la lengua enorme y recesa, la garganta extraña y prefiero abrir de nuevo la boca, respiro profundo… trato de relajarme con esas técnicas aprendidas: mando ordenes a mis pies, piernas, tronco, pecho, espalda, cuello, brazos, cabeza, a volverse pesados y descansar; imagino que una luz penetra por la coronilla de mi cabeza y me ilumina por dentro… percibo que el doctor esta atornillando los pines, nunca los he visto, pienso que debí pedir que el doctor me los mostrara… siento cómo con cierto instrumento los va enroscando, me parece que es una especia de llave con el mismo principio de la que me ayuda a subir y bajar la llanta con la mica… o como la que se usa para enroscar la broca a un taladro… el doctor repite que toda ha ido bien, que ya vamos a terminar… dice que son las dos de la tarde… pasan unos minutos y pierdo el hilo de lo que pasa, tengo hambre, frío en los pies, y las manos dormidas, hago círculos con las manos y después con los pies, bajo una pierna y me acomodo un poco… siento como una caricia rica el roce del hilo en mis cachetes… estamos suturando! pienso, y respiro tranquila, ya vamos a terminar… ocupo los últimos minutos en comparar los dos eventos… este ha sido mas corto, el daño en el lado derecho del maxilar no era tan profundo como en el izquierdo, esto ya me lo había explicado el doctor ¿Cuánto abra sido la cantidad de hueso injertada? El doctor dijo la otra vez que había sido el equivalente a dos cubitos de azúcar… ahora estuve mas conciente, entonces creo que llegue por ratos a una especie de inconciencia o quizás a simplemente dormirme de cansancio… recordé que no había oído sonar el teléfono y me pregunte si habrían llamado a casa para decir a Rodrigo que viviera por mi, como habíamos convenido con Lore… tranquila me repetí, si no viene me voy en un taxi y ya…

Me maree al levantarme y al ir al baño, discutimos con en doctor el tratamiento con Calvilin, de nuevo, para evitar la infección, no sin valorar y descartar las probables consecuencias del tratamiento con este medicamento, la vez anterior y la posterior cistitis hemorrágica… de nuevo la inyección de Votaren y las pastillas de Cataflan para evitar el dolor, las aplicaciones de hielo y la dieta blanda, liquida al principio nomás… ahora introdujo un nuevo medicamento, una inyección con hidrocortisona y neurobion para controlar el dolor y la inflamación…

Salí de la clínica sintiéndome muy mal, con mucho dolor y mareada… después de la compra de los medicamentos y la visita a emergencias del hospital de Diagnostico, para la aplicación de las dos inyecciones, estando en el sitio donde compramos los batidos, que estaban realmente deliciosos (kiwi, fresa, melocotón y yogurt, para recordarlo la próxima vez que vaya por ahí), ya me sentía mejor, y a las cuatro de la tarde, cuando llegamos a casa, el dolor había parado… si, definitivamente este lado tenia menos problemas, el procedimiento fue mas corto, menos traumatizante y la inyección de hidrocortizona hizo su parte… no hay dolor, no hubo inflamación y aquí estoy ahora, pensando que no hay motivo para que mañana deje de ir a la oficina…

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