viernes, 30 de octubre de 2009

Mis primeras compras, sola… sin mi mama.

A la Ercilla fui un vez en enero o febrero de 1970, con tres cientos colones que mi papa me dio para comprar ropa. Yo entraba a la universidad y no tenia suficientes trapos y zapatos como para hacerle frente a clases diarias sin uniforme… pero cometí el error de ir primero a una librería… ese día me perdí entre los estantes viendo y oliendo libros, termine comprado un montón, recuerdo que entre estos estaba “El desafío Americano”, donde leí esa frase que dice algo así como “si quieres que coma un día dale pescado, si quieres que coma toda la vida, enséñale a pescar”… también, mi primer libro de García Márquez, La Hojarasca…
Sin mucho para ropa y zapatos, resolví comprándome un par de sandalias chapinas en el mercado ex cuartel, cuatro camisetas, una de cada color que rápido se destiñeron y quedaron de un solo color, y unas telas baratas con las que yo misma hice unas faldas minúsculas de dos cuartas de las mías… una era blanca, bien recuerdo y así de otros colores… por supuesto, compre por primera vez mis brasieres de colores, verde, azul, bien los recuerdo, siempre Maidenfort de la misma marca que los blancos que me compraba mi mama… esos que te hacían ver los pechos puntaditos, como todavía le gustan a ella… y compre mis primeros bikinis… minúsculos calzones en comparación a los que me compraba mama para el colegio… se acabaron las pantaletas, los fustanes y las camisolas necesarias para ponerse debajo del uniforme blanco que traslucía todo…

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