sábado, 3 de octubre de 2009

El agua en mi pais...






En mi país llueve en promedio unos 1800 mm anuales. Para explicar a la gente cuanta agua significa este promedio anual, yo suelo decirles que se imaginen el país como una gran piscina, inundado hasta 1.80 metros, eso pasaría si recogiésemos el agua que llueve en un año y no hubiera evaporación ni infiltración… dice Carlitos Aguilar Molina, un hidrólogo del MARN, que solamente se necesitan un poco mas del 5% de la cantidad de agua que llueve sobre nuestro territorio, para llenar las necesidades de agua potable… pero no hay agua en un buen porcentaje de los hogares en El Salvador… pasan muchas cosas aquí: en la montaña, en agua es escasa, mas bien no hay agua, paradójico porque en esa zona de la cuenca es donde se “produce” el agua, técnicamente hablando, es la zona de “recarga hídrica”. En las partes medias de la cuenca hay un conflicto permanente que se vuelve mas agudo en el verano, entre las necesidades de agua para uso doméstico y agua para riego, los conflictos se dan a menudo porque los ganaderos o los regantes, usuarios del agua para pastos, hortalizas y otros cultivos, muchas veces construyen diques que retienen la escasa agua que corre por las quebradas y riachuelos… en las zonas costeras, el agua de los pozos se saliniza… el agua de los ríos, quebradas y hasta el los acuíferos subterráneos esta contaminada con excretas, basura, agroquímicos, detergentes, lejías, aguas mieles, entre otras sustancias nocivas… en muchas comunidades hay chorros en las casas pero agua solo pocas horas en el día, o en la semana… pero además, en mi país hay un alto porcentaje de hogares que no cuentan con servicio de agua potable intra-domiciliar.

Por esto, cuando andas ahí por las zonas rurales, es muy frecuente ver:
• Filas de cántaros a la espera de ser llenados, como en el cantón San Juan de Dios de Juayua.
• Mujeres lavando en el río mientras sus hijos e hijas toman un baño, como en El Manantial de Izalco o en Los Montes de Cuishnahuat.
• Mujeres y niñas que pacientemente hacen fila para llenar sus cantaros a guacaladas, de un miserable nacimiento de agua, como en Las catacumbas de Chalchuapa.
• Niños y niñas que aprovechan un hilito de agua para limpiarse cuando regresan de la escuela…

Y mientras esto sucede, en San Salvador, lavamos los carros con agua a presión y proliferen, sin control, por la ciudad, los “car wash”, barremos las aceras a chorro de manguera, regamos los jardines al mero mediodía…

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