lunes, 31 de mayo de 2010

La latitud de la flor…

25 de noviembre de 2009.

Ciertamente vivo en la latitud de las flores, aquí hay plantas floreando todo el tiempo… las veraneras pasan el año brindándonos el espectáculo de colores rojos, naranjas, rosados y violeta encendido… las masas de flores de veranera asoman de los tapiales y los muros, adornan los cercos y me acompañan en las carreteras cuando viajo fuera de la ciudad… al final de la época seca, allá por febrero y marzo, y quizás hasta abril, el cortes blanco se cunde de flores amarillas, los maquilishuat de flores rosadas y las jacarandas de flores moradas y con sus colores, me alegran la vista cuando los descubro en las zonas adyacentes a las carreteras y caminos… de repente se descubren a lo lejos, en las laderas peladas y secas por la falta de lluvia, las manchas amarillas de los Cortez blanco, o en la orilla de la carretera, algún tecomasuche que ha floreado… en algún momento del año que ahora mismo no puedo precisar pero que a andará por el fin del año y el inicio del siguiente, de repente me sorprenden los manchones de amarillo pintando a lo lejos las laderas del Volcán de San Salvador y otras elevaciones en el interior del país, serán los tatascamites? pienso; seguro son compuestas… por mayo florean de blanco las plumerias, este año he disfrutado el arbolito de Plumeria acutifolia en el solar de la casa de Totolco… las plumerias también suelen ser rosadas… flores de plumeria y veraneras, entre otras, son usadas para adornar las palmas de mayo allá en Panchimalco… por estos días son las campanillas las que adornan con puntos violetas el paisaje. El follaje de sus matas rastreras visten los cercos de alambre de púas, escala las matas secas de maíz y cubren los campos de cultivo y los potreros… pienso que es buena época para las abejas porque mi padre decía que la miel de campanilla es buena… el violeta de las campanillas compite con el amarillo de las flores, unas grandes y otras chiquitas, de esas plantas herbáceas compuestas. Son las flores de muerto, según la sabiduría popular, o cempasúchil como le llaman en México… a la orilla del camino que me conduce a la entrada del Parque Nacional Montecristo he descubierto las “ilusiones”, estas me recuerdan los viajes a pie que hacíamos al río Las Chabelonas, desde la casa del pueblo… entonces cortaba los tallos frágiles de estas gramíneas, hacia manojos de inflorescencias rosadas que con el viento iban perdiendo sus florcitas… me gustan las “ilusiones” cuando se mueven con el viento… en mi casa, durante todo el año, sultanas, camarones, rosales, hortensias, ixsoras, azaleas, jazmín del cabo y otras plantas toman turnos para florear, llenar de colores los dos jardincitos y alegrar los días de mi madre… definitivamente, vivo en la latitud de las flores…

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