lunes, 31 de mayo de 2010

Alerta roja por Agatha…

Lunes 31 de mayo 2010; 7:00 am.

Amaneció gris el día, pero sin lluvia. Me asomo al jardín, las macetas han drenado el exceso de agua, hago un rápido balance de daños: las albahacas y una orquídea parecen afectadas, una violeta murió, las flores de la azalea blanca se pudrieron y las demás plantas se recuperan de la humedad… la radio me recuerda que seguimos en alerta roja y la casa a las 5:30 esta en el silencio de los días sin escuela, todas siguen durmiendo… escucho los reportes de las cárcavas en las calles de la ciudad, los derrumbes y deslizamientos en los caminos; los sitios inundados, los pueblos incomunicados y las tantas escuelas que albergan a los mas de 8 mil refugiados; los llamados a quienes viven en ciertos puntos del Volcán de San Salvador, en Montebello y otros sitios de alto riesgos y vulnerabilidad; los nueve muertos, todos en el departamento de Sonsonate, “el mas afectado del país”… nueve muertos, muchos menos que los habidos en Guatemala… seguimos en alerta roja y Guatemala no levanta el estado de calamidad decretado…

El cielo sigue gris, hay pocos vehículos por las calles, sigue la alerta roja pero en San Antonio Abad un grupo de hombres arma la “chicago” en el predio vecino a la iglesia parroquial y otros desmontan de un trailer las piezas de las ruedas de “caballitos” y la “voladora”… la radio me recuerda a través de un anuncio del banco Agrícola que somos un país que se levanta de cualquier crisis, y recuerdo la época de la guerra. Un enfrentamiento, una voladura de un poste duraba lo que duraba el tiroteo o la explosión, segundos después, la cotidianidad seguía aunque la vida se hubiera parado para alguien… el grupo social se levantaba y continuaba…

Subo por la carretera, de la 75 avenida para arriba, y me sorprende que este limpia, la basura ha sido arrastrado por la correntada de agua, pero tampoco hay rastros de tierra o piedras bajadas del las laderas del volcán con la fuerza del agua… llego de nuevo a la zona urbana y me encuentro con nuevos agujeros en el pavimento y los antiguos mas profundos… el sol me da una palmadita en la espalda cuando tomo el redondel Masferrer y me toca la cara cuando le doy la vuelta casi entera para tomar la Jerusalén. Descubro que el carril izquierdo esta cruzado de grietas y es tan inseguro como ha sido el derecho desde hace varios meses…

Transito por ciudad Merliot sin novedad y no me cuesta nada dar la vuelta al redondel “del platillo”… me pregunto por donde habrá bajado la correntada de agua, lodo y piedras de la quebrada La Sabana, que se desbordó el sábado en la noche, la radio dijo que bajó por las sendas de la colonia La Sabana y llegó hasta la calle El Jabalí… pienso el la colonia Málaga, al sur de San Salvador y creciente del río Acelhuate…

Tomo la carretera Panamericana y diviso las nubes grises detrás de la Cordillera del Bálsamo… la tormenta vendrá del sur, pienso, no se ha levantado la alerta roja… en la avenida José Zablah los viejos baches ya son cráteres, pero este día la calle esta libre de buses, trailers, carros, conductores irracionales, humo y policías que me detengan a pesar del verde en el semáforo… pero ahí siguen los mendigos, me niego a ver el espectáculo del tragafuego, veo de frente la cordillera y reconozco que trabajo en una zona de alta vulnerabilidad… agradezco a la madre Tierra y al padre Cielo que la tormenta tropical Agatha solo me dejaran como desastre ropa húmeda, macetas anegadas, paredes mojadas y un techo prestado hecho un colador…

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